M'ho varen contar i ho vaig oblidar. Ho vaig veure i ho vaig entendre. Ho vaig fer i ho vaig aprendre. Confucio, 551-479 a.

dimarts, 23 de gener del 2018

El suero de la bruja

El Suero de la Bruja



Había una vez, un pueblo llamado las Malvinas, donde todos eran felices y la gente se reía y todo era geníal .

Una noche Elisa estaba mirando por la ventana y vio a una mujer muy alta y guapa, en las manos tenía un bote con un líquido morado.  La mujer abrió el bote y vertió el líquido en una flor.

Al día siguiente la flor había crecido tanto que los enormes pétalos tapaban la luz del sol.

Todos los vecinos del pueblo estaban hablando de la gigante flor.  Elisa les contó lo que había pasado pero nadie le creyó.

Al cabo de un rato Elisa vio a la mujer del bote morado que se aproximaba al grupo de gente allí reunida. Todos comenzaron a saludarla y admirarla por su belleza, sin saber que se trataba de una bruja.

Elisa intentó decirles que ella era la mujer que había vertido aquel líquido sobre la flor,  pero ellos la ignoraron.

Desde aquel momento todos comenzaron a cambiar y las Malvinas ya no era el pueblo de antes.  En lugar de una flor habían muchas flores gigantes.

A Elisa los poderes de aquellas flores no le afectaban.  Por ello se armó de valor y tomó una decisión:  cortaría aquellas flores que le hacían tanto mal a la gente de su pueblo, y mucho bien a la bruja, porque por cada flor que crecía la malvada bruja se hacía cada vez más joven y bella.

Una noche mientras todos dormían, Elisa cogió el hacha de su tío y comenzó a cortar una a una las flores.

La bruja no tardó en darse cuenta de lo que pasaba y volando llegó al lugar donde se encontraba la niña.  Elisa se escondió rápidamente y vio que la bruja dejó el bote en el suelo para recoger las flores cortadas y sin que se diera cuenta la bruja, Elisa cogió el bote y se marchó a su casa.

La bruja enfurecida comenzó a buscar el bote, pero se encontró el hacha, la olió y supo que se trataba de Elisa y fue tras ella, pero la bruja estaba muy débil por todas las flores que había cortado Elisa y al llegar a la puerta se quedó profundamente dormida.

Elisa aprovechando que la bruja dormía, puso un pétalo dentro de su boca y vertió el líquido del bote.  En unos segundos la bruja también se convirtió en una enorme flor.

A la mañana siguiente Elisa siguió cortando aquellas flores, y las personas del pueblo al ver de nuevo la luz del sol se llenaron de alegría y comenzaron a cambiar para ser como antes.

Elisa les contó todo lo sucedido y esta vez creyeron en ella.  Así que todos armados con hachas comenzaron a cortar aquellas flores e hicieron una gran hoguera.

Las Malvinas volvió a ser el pueblo genial que todos querian.


2 comentaris:

  1. Anònim1/23/2018

    Me ha gustado mucho la historia (si de mayor fueras escritor tendrias muchos fans)😂😄😄

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  2. Anònim1/26/2018

    Muy buena historia Jorge

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